Perseguir el camino de las Artes Marciales, es como escalar un precipicio, Cuando decido trabajar, compartir, escogiendo mi camino, dentro de Limalama no decido luchar contra lo viejo, si no humildemente intentar construir lo nuevo. Trabajo duro, me preparo para renovar sin herir, para evolucionar sin dañar.
Evoluciono según las enseñanzas del Gran Maestro Fundador de Limalama Tino Tuiolosega, mi Maestro, que me enseñó directamente le pese a quien le pese esta evolución del Limalama, su último Limalama. Pienso y comprendo que los grandes cambios vienen acompañados de una fuerte sacudida, pero esto no es el fin del mundo, si no la criba para el principio de algo nuevo, de una evolución natural y necesaria, para adaptarnos al nuevo tiempo de las artes marciales.
Cierto es que mis acciones valen más que todas las palabras vertidas. Nunca jamás me rodeo de mediocres, me rodeo de los mejores, para que me hagan trabajar duro para intentar ser mejor. Honestamente me alegro de haber conocido en mi vida lo bueno y lo malo, lo bueno me ha hecho agradecido y con lo malo he aprendido mis lecciones.
Muchos se empeñan en mirar al pasado, yo respeto el pasado y miro el presente y veo su resultado, hablan de futuro, yo hablo del presente que será su causa. En las artes marciales, seguimos viviendo en un mundo donde la verdad es opacada por una realidad que no existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario